domingo, 28 de diciembre de 2008


Y he aquí yo sentado en un viaje a orilla del río, me fui en el vocho herencia de mi padre a su primer nieto aún sin llegar, y me acompañaba un caballo tordillo, ya sin nada que me arrastre, ya sin nada que me sostenga, empiezo terminando el año a dis-lumbrar.

1 comentario:

naive dijo...

pasaba por aquí sólo para aclararme jaja! tenías razón... a veces si soy más fría que la muerte, y aún busco a aquel que con rozar mi ombligo disperse su calor en explosión radial en todo mi cuerpo....y mi alma, ¿porqué no? éste será un buen año! el mejor diría yo, me lo dijo "el hombresillo que archiva los momentos inolvidables en mi mente y los grita desde el corazón"