martes, 3 de julio de 2007

sOn


Cuando creí que no quedaba semilla en mi surco de mundo, cuando creí que todo lo que había tocado murió y que resultado de la desunión entre luna y sol se mantendría a la sombra, quedaste sólo tú para demostrarme que del rastro en el sendero la vida nace creciendo hacia arriba, que arrieros somos y en el camino andamos.
Sigue creciendo que aunque no te pueda ver nos sabemos existentes.
Resultado del amor más grande del mundo hacia una tierra de nombre mujer.
Sigue demostrando verde.
Producto de la imposibilidad de los improbables, sígueme.
Tú nos unes.
Tú demuestras.
“Árbol de la esperanza mantente firme”
“Por que el hijo se vuelve padre y el padre se vuelve hijo”.
(Dedicado a mi único hijo platanito y a su semblante venidero y a quienes hicieron posible su existencia.)

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