domingo, 17 de agosto de 2008

Domingo 17 de Agosto 2008.
Después de dormir ocho horas, amanecí otra vez sin nada.
Con un vago dolor de recuerdo, pero sin nada.
Sin diosa, sin humana, sin sabores, ni colores.
Pero con un peso de ausencia, de esos a los que te acostumbras
después de un rato.
Ojalá y me recomponga o por lo menos que me llegue algo
que me haga moverme como un ingrato.
Voy a restructurar mi corazón, desde los cimientos hasta el cielo raso.
Y a tratar de esconderte bien lejos, para que se me olvide ese día,
en el que te fuiste sin dejarme algo que te hiciera inmortal en mil pedazos.







1 comentario:

dana dijo...

interesante esta serie...